Tan importante (o más) como la compra de la moto, es la correcta elección de un casco. No se trata, ni muchísimo menos, de una cuestión meramente estética. El casco está fabricado para romperse y salvarnos la vida, ni más ni menos. Por ello, cuando estemos junto a la estantería frente a 80 cascos diferentes, es fundamental conocer las diferencias y las partes de un casco. ¿En qué debemos fijarnos?
LA CALOTA
Es la parte externa del casco. Entre todas las partes de un casco ésta es la que define, en un 70%, su precio final. La calota es la superficie que recubre todo el casco y puede estar realizado de diferentes materiales, lo que sin duda, repercutirá en su precio.
- Material plástico: no es otra cosa que plástico aplicado a un molde. Puede recibir muchos nombres comerciales como “Termoplástico, Sistema de Policarbonato…”. Al final, es plástico. ¿Es esto malo? No necesariamente. Otra parte fundamental en la absorción del impacto es el relleno EPS que veremos a continuación. La mayoría de los cascos de gama baja tienen la calota plástica.
- Fibra de vidrio: es el más utilizado en cascos de gama media. Es un material bastante ligero y resistente. No es exageradamente caro y en caso de un impacto, desde luego, es mejor que el plástico. Cada vez más, los fabricantes están incluyendo este tipo de fibras en sus cascos por su excelente relación calidad/precio.
- Tri-Composite: Este es uno de los mejores materiales para la calota de un casco. Es una combinación de los tres mejores materiales que podemos encontrar: fibra de vidrio, fibra de carbono y Kevlar. Al juntarlos, obtienen la resistencia del Kevlar y la fibra de vidrio con la ligereza del carbono. Una compra acertadísima.
- Fibra de carbono: son los más caros y exclusivos. Este material está reservado para las gamas más altas. Son cascos extremadamente ligeros y cómodos. Si tu presupuesto no es un problema, prueba a ponerte uno de estos en la cabeza… la diferencia es nota al primer kilómetro.
EL RELLENO EPS
Esto es común a todos los cascos. Se trata de Poliestireno Expandido (EPS), y se encuentra entre la calota exterior que vimos anteriormente y el forro interior del casco. Es la capa más gruesa de todas las partes de un casco. Su cometido es, una vez ha golpeado contra un objeto, distribuir las fuerza del golpe por toda la superficie y así, disipar su impacto.
EL CIERRE
En cuanto a las partes de un casco, el cierre es importante pero no debemos darle muchas vueltas. Todos cumplen los estándares de calidad y mantendrán el casco pegado a tu cabeza. Aquí nos podemos encontrar dos opciones, ambas perfectamente válidas y que se ajustan más a manías de motero que a cuestiones técnicas.
- Cierre micrométrico: se trata del tradicional cierre automático tipo brida. Es el más rápido y sencillo de utilizar. Viene incorporado a muchos cascos urbanos y, cada vez más, a cascos de gama alta de uso Touring.
- Cierre de doble anilla D: Se trata de dos anillas con forma de D, a las que hay que entrelazarle la correa del casco. Es muy probable que si nunca lo has utilizado las primeras veces te parezca difícil. Pero de verdad, una vez que lo pongas un par de veces, podrás ponértelo con los guantes puestos, bajo una tormenta y en dos segundos.
EL PINLOCK
Atrás quedaron los tiempos en los que tenías que pasarte la mano por la visera cada pocos segundos para quitarte el vaho. O tener que subir la visera (a 120 km/h y 2ºC) porque se te estaba empañando. PinLock es un sistema para la sujeción de una lámina que se coloca directamente sobre la pantalla para evitar el molesto vaho. Es posible colocarlo en cascos de gama media, y en algunos de gama alta ya viene incluido.
Se puede poner y quitar con mucha facilidad. Es aconsejable desmontarlo en verano porque el sol lo puede amarillear. Cuando vuelva el invierno, ¡lo sacas de la bolsa y lo colocas de nuevo!
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